30 diciembre 2009

Fin de año

Para todo el que pase por acá, por casualidad o mala costumbre, quiero dejar un regalito de fin de año. Y que se entienda bien, escribí "regalo de fin de año". Una manera de festejar lo que se termina (siempre tambien una promesa)

http://www.youtube.com/watch?v=jYLoxMtnUDE&feature=related

Aguas de Marzo (Tom Jobim)

Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es un resto de tronco, está un poquito solo
Es un casco de vidrio, es la vida, es el sol
Es la noche, es la muerte, es un lazo, un anzuelo
Es un árbol del campo, un nudo en la madera
Caingá, candela, es matita de pera.
Es madera del viento, alud en precipicio
Es misterio profundo
Es el quiera o no quiera
Es el viento soplando, el fin de la ladera
Es la viga, es el vano, la fiesta del tijeral
Es la lluvia cayendo, la voz de la ribera
De las aguas de marzo, el fin del cansancio
Es el pie, es el suelo, es marcha andariega
Pajarito en la mano, piedra del tira-piedras.
Un ave en el cielo, un ave en el suelo
Un arroyo, una fuente
Un pedazo de pan
Es el fondo del pozo, es el fin del camino
En el rostro el disgusto, está un poquito solo.
Es un tarugo, un clavo
Una punta, un punto
Una gota cayendo, una cuenta, un cuento
Es un pez, es un gesto
Es la plata brillando
Es luz de la mañana, un ladrillo llegando
Es la leña, es el día, es el fin de la huella
La botella de ron, reventón caminero
El proyecto de casa, es el cuerpo en la cama
Es el coche atascado, es el barro, es el barro
Es un paso, un puente
Es un sapo, una rana
Es un resto de campo en la luz de la mañana
Son las aguas de marzo cerrando el verano
Es la promesa de vida en tu corazón.
Es una culebra, es un palo, es Juan y José
Un espino en la mano, es un corte en el pie
Son las aguas de marzo cerrando el verano
La promesa de vida de tu corazón.
Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es un resto de tronco, está un poquito solo
Es un paso, es un puente
Es un sapo, una rana
Es un bello horizonte, una fiebre terciana
Son las aguas de marzo cerrando el verano
La promesa de vida en tu corazón.
Palo, piedra, fin del camino
Resto de tronco, está un poquito solo.

27 diciembre 2009

Ostranemie

Regresando a una de las antiguas costumbres, voy a postear un texto nuevo nuevo. Está bastante sucio, así tal cual fue parido en un apuro de madrugada. Como veran ni siquiera tiene hechas las correcciones ortográficas y etceteras (los acentos en particular siempre me los como cuando escribo directo en la compu). Las partes en rojo son segmentos que en el mismo momento de la escritura consideré como dudosos. Lo que está separado por barras son diferentes versiones para un mismo verso. Quizá cuando corrija el texto le voy a inscrustar en algun lado la frase "escribir de mambo" en honor a un tema de Charly que se llama "Despertar de mambo"

23-12-2009
Ostranemie

Escribir escribir la canción
Escribir la calle ganando
Escribir un abrazo
La linea del sol sobre el campo
Como succiona un bebe
Y como duelen los pies
Las noticias desde el otro lado del oceano
Y la foto de bili colgando en la pared
Esas cosas que después no tienen nombre
O se dicen la muerte, el amor
La rabia

Como sea
Después
Los diarios de ayer
Ya se quemaron

Como sea
despues
La noche está tan unica
Que le caen mil versos conocidos
Desde las ventanas

Los grillos hoy no roncan
La mesa está casi servida
Las velas no fueron encendidas
Y el mantel todavía no se manchó

Algo dice/-
Ese bulto de letras/ esa vulva de letras
Debajo de la cama/ debajo de la cama

Un escondido patadelana
La colonia de hongos detrás del cuadro

Imaginar que un paisaje es la palabra
Y la palabra es todo lo que dice ser
Nada más lejos

Un bandoneon de lo que suena al otro lado del parlante
Todo separado pero en el mismo disco rayado
De la dimensión

(todo lo que he malestudiado me ha quemado el cerebro)

Y un payaso de boca horizontal
Me hace sonrigestos
Sobre el cpu
Escribir escribir los camiones de basura
El ultimo roce de un cuerpo
La primer bocanada que dicen es la que arde
En la garganta del todo nueva
La cuenta del tiempo
El cronograma de destierros
Para un coro de espectros

No

(por favor no se escriba
Aquí
Nada que no sea una contradicción
Y asegurese llevar el casco
Peligro de derrumbe)

Ahí mirenlo cómo se levanta
Orion te meterá una flecha
En el culo
Ya lo ha hecho con varias estatuas

Escribir que después viene el cuco y te come
Que la línea de ida es la unica
Y que no pinta muy bien
Con solidez
Decir algo que jamas puedas negar
Escribir lo que sea
Una sarta de boludeces
O el color de los helados

Los mecanismos se estan poniendo raros por acá
Los negocios del centro tienen demasiadas luces
Y en el colegio publico
Separan a los chicos según cuanto heredaran
En ese colegio me dijeron que todos teniamos
Frio o calor
Según la estación

Escribir escribir no importa
Un juego de luces
Unas prenden y apagan
Son de colores
Demasiados colores
Las estrellas dan vueltas
La escena se pone algo densa
No te preocupes
Solo pataleamos el charco
Para ver qué flota

14 diciembre 2009

¿Qué se puede hacer con una chica en un muelle, un pez, un baile de tambores?







Si la chica llega al muelle buscando un pez y encuentra un baile, entonces la historia es corta y trivial, pero verdadera porque después se emborracha, se cae al agua, golpea su cabeza una piedra y muere ahogada y la sangre que despide su herida tiñe el agua y hace juego con el atardecer que justo en ese momento estaba muy bonito y colorado.
O los peces provenientes del atlántico sur llegan al muelle de Bahía Blanca donde un neo hippie, que iba camino a las grutas de las manos, dibujó con stencil a una chica y ese pez que viene tan muertito de hambre como estamos en este diciembre recesivo engulle de una bocanada a la chica, al muelle y dos o tres preservativos usados y deja la superficie que ha quedado tan esplendida (leve y brillante como burbuja hipnótica de detergente) y vuelve a aferrarse a su destino de vieja de agua. Cuando la chica llega al fondo montada en su muelle, enciende un cigarrillo y entra en la fiesta y baila con ese gomina de sonrisa inabarcable en una gira que termina en los baños y a las doce él corre dejando tirado uno de los forros. Ella lo guarda, pensando “tendré que salir a encontrar al dueño de esto y mientras tanto a brindar con extraños” y vuelve a casa como a las 8 reventada de tanto alcohol y el taxista (muy parecido a Perón) piensa: “Parece que hoy tenemos una fijación con el alcohol. Serás lo que debas ser o no serás nada”
Tal vez la chica está enamorada, el pez no tiene nada que ver y la fiesta termina a las cinco por la veda.O yo escribo esto escondiendo la hoja entre papeles de facturación creyendo que mi jefa me apunta los ojos a la nuca cuando en realidad ella imagina que está en una playa bailando en tanga con dos chongos que la doblan en altura y se enroscan en su cuerpo que nadie en la oficina hubiese pensado que es tan dócil y liviano y el daiquiri derramado sutilmente entre los pechos que no huelen a gallinero sino a pétalos de jazmín caídos recientemente del florero y la chica del escritorio de enfrente que mira la pantalla y simula controlar las facturas impagas poniendo cara de poker y sólo piensa, una y otra vez, y una y otra vez que baila desnuda entre chicos en tanga que brotan desde el tambor en el sonido dulce y tan duro que choca con los vasos y derrama el daiquiri sobre la facturación y todo el día transcurre así como un pez en el mostrador y todos los oficinistas como chicas sobre un muelle esperando el Bondi de las cinco de la tarde.




30 noviembre 2009

Magical Mistery Tour

En algunos barrios de Bs As es más dificil conseguir una cerveza que una bolsita de mágica y misteriosa.
La magia y el misterio son esa energía que te hace caminar caminar caminar por una cerveza que nunca vas a conseguir.

Fin de temporada

Es cierto, la escritura del viaje por entre rios y misiones ya fue...Juro que lo que venía despues estaba mejor. Vamos con el viaje actual. Acá termina el excursus y se retoma el camino.

11 octubre 2009

VI

18 de marzo de 2009
El Palmar
Haciendo amigos





I
Al desarmar en Colon veo que una de las varillas de la carpa se rompió.
Llego a la entrada del Palmar más tarde de lo planeado. De ahí hasta el campamento hay 12 km y ningún transporte público. Me está esperando un remis que yo no pedí y que, por lo que me entero, tiene un arreglo con la compañía de micros. Voy hacia la cabina que cobra la entrada, a mis espaldas el remisero espera que me arrepienta. Yo ya tenía pensado hacer dedo. Esto no puede ser tan difícil. Ni bien pago aparece la camioneta de guardaparques. Acceden a llevarme 6 km hasta la oficina de operaciones guardaparquista. De ahí en adelante puedo caminar, intenta convencerme uno que no me gustó. Los dos que me gustaron van en la caja. Yo, a esta altura del viaje, ya me di cuenta que no puedo caminar más de 300 metros con la mochila así que sólo sonrío. Al costado del camino queda la oficina, ahí todos se disgregan y quedan los dos que me gustan y me dicen que quizá en media hora vayan para el lado del campamento. Como no hay mucha onda para esperar por ahí me voy al camino donde intento hablar con Nac para que me aconseje sobre qué hacer con la varilla. Todo el tiempo me da ocupado o aparece la señal de no-señal.
Finalmente salen los dos guardaparques de la oficina y me llevan. Nos charlamos derivando un rato…¿A qué vengo? ¿Cómo? ¿De dónde? ¿Por dónde? –Ah, estuviste en el museo de Zelich….! ¿Y estaba el doctor Zelich…? Ah, ¿Tiene una hija? ¿Pero al señor Zelich no lo viste? ¿Se habrá muerto? (dice el otro que venía muy callado hasta el momento) Lo picó una yarará- ¿En serio? (exclamamos al unísono) ¿Cómo fue? (le dice el más pibe con entusiasmo placentero) Creo que estaba en la pileta de su casa. En la mañana. La cortaron la pierna. Pero vivió años con eso. (y yo con horror de pensamiento) ¿Y acá hay de esas víboras? (se ríen y dicen) Hay varias…





II
En algún momento, mientras intentaba armar la carpa, habré pensado ¡qué hermosa la naturaleza! Quizá luego al enhebrar el elástico en el orificio de cada pedazo de la varilla rompiéndome la paciencia me habrá pasado de decir ¡Mirá que lindo ese pajarito! Y poco después mientras me llevaba una masita a la boca mirar delicadamente hacia arriba y alegrarme por cuantos pajaritos se reunieron a mirarme. Para alejarme luego un segundo de la mesa con la varilla arreglada y escuchar cómo los pájaros de mierda intentaban robar mis masitas.

III
Terminé de armar cuando el sol empezaba a caer y todavía sin almorzar me comí la hamburguesa más rica del mundo, esa típica hamburguesa del hambre que compras a cualquier precio…aun a precio de cantina de campamento. Ya después de algunas llamadas todo parece demasiado tarde para poder llegar. Excepto un caminito que sale detrás de la carpa y se adentra por otros sectores más aislados del campamento. Me meto por el caminito y noto que no va a ser fácil avanzar demasiado porque cada vez se ve menos. A unos cien metros se abre otro sendero y justo antes un cartel dice algo que quiero leer sobre unos animalitos (siempre tan freak). Creo que dice algo acerca de los…las vizcachas. De repente un sonido, unas luces (evidentemente un auto que viene por el sendero que se aparta). Las luces vienen de allá y van a dar justo sobre un montículo que no había visto detrás del cartel en donde unas diez vizcachas permanecen congeladas en un encantamiento de luz. Alguna atisba a moverse pero adictamente vuelve la mirada a la luz. El auto llega y frena. Lo miro, sólo veo un auto rojo, miro a las vizcachas que miran las luces del auto y seguramente no más que eso porque tampoco hacen nada cuando el tipo se baja del auto, pero yo sí lo miro mientras él camina por detrás del montículo y me señala algo más allá, entre unos árboles, y yo creo que quiere mostrarme otro animal pero no veo nada y tampoco pienso moverme, como las vizcachas que por quedar con la vista en las luces no ven cuando el tipo se acerca a una parrilla y de espaldas…¿qué hace? ¿se mete la mano en los pantalones? Y mis patitas nunca caminaron tan rápido a meterme en la carpa oscurita con la linterna apagada en una mano y el gas pimienta en la otra.

18 septiembre 2009

V


16 de marzo 2009
Colón
Solitudine




Es difícil llevar el diario de viaje al día.
Supongo que deberé llenar los baches al regresar y por lo pronto no perder ocasión de anotar lo que sucede en el momento.
Ahora está lloviendo de forma sostenida y ruidosa sobre mi carpa. Es de noche pero no sé qué hora es ya que dejé mi celular al encargado para cargar la bateria. Estoy escribiendo con una linterna. Escucho música con los parlantes que me prestó Mariana. Estoy un poco más calmada pero hace un ratito sentí mucho temor; por los truenos las ramas el rio el viento y mi celular se encuentra a 50 metros y sólo puedo recuperarlo mojándome, cosa que voy a realizar de un momento a otro. Por otra parte dentro de la carpa no se puede fumar y hace un buen rato que tengo ganas. Y cada vez llueve más. Por momentos estoy contenta y me complazco de los lugares que visito, pero en otras ocasiones me arrepiento de haber hecho este viaje. La sensación de soledad se pone grave en determinadas horas. Pero se hace clara como una luz de tarde. Al amanecer se entiende con una fusión de pájaros, se desnuda desplegada en las cosas. Se siente diferente así, ahora es mi cuerpo en transito un absoluto de reflejos. Lo que veo y lo que siento son uno, y solo uno. Solitudine resplandeciente.

17 de marzo 2009

También se puede dejar de escribir y quedarse callado frente al mundo

Seguramente para bien de la humanidad, la gente decide no andar sola.
Las mariposas del museo de Liebig son expuestas en pareja. La hembra es más grande que el macho me explica la señora dueña del museo. Por lo general las alas son más amplias.
Si pudiera meterme en la cabeza de las personas y saber qué piensan cuando ven a una mujer viajando sola y preguntan “¿andas solita?” y si pudiera sondear allí como una vieja de agua pero seguro no me gustaría y sería más difícil andar.
Y esos peces que vi en la playita paradisíaca frente a la costa andaban de a dos o de a cuatro. Nadaban uno al lado del otro. Yo pensé que quizá uno, de repente, se distraía o encontraba un obstáculo y perdía a los otros y se encontraba sólo con una angustia de río inmenso sobre los hombros. Pero los peces no tienen hombros. Es algo comprobado.

Y cuando la mujer del museo dijo -“Tenés miedo a las víboras pero salís a viajar sola!”
Y yo debí contestar: “yo nunca dije que no tenía miedo” El miedo es constitutivo del ser humano (y seguramente de todos los seres existentes) Ahora ve y vive con eso. La vida es demasiado corta para quedarse en el molde.

Me hubiese gustado preguntarle a la señora si las mariposas andaban en parejas o se juntaban sólo para aparearse. Cuando uno las ve generalmente andan solas. Al igual que los colibríes que van al patio de mamá. Y a los colibríes no les gusta estar encerrados. Y tampoco le pregunté si las mariposas tenían nidos o si dormían o si les gustaba estrellarse contra la luz.

Viajando me di cuenta que en la ciudad uno se hace nocturno pero que en medio de la naturaleza el amanecer es un golpe de energía.
Yo, el buho, que en tiempos de desempleo no me dormía hasta que empezaban a cantar los pájaros, acá me acosté pasando el atardecer y me desperté cuando asomaba el sol y sin la urgencia de marcar tarjeta.
Voy a recordar siempre la ciudad de colon como a un respiro, de esos que vienen bien saliendo del asma, de un largo y exuberante ingreso de aire. Ahora, entra el aire y el cuerpo es lo mismo. Es esto con lo que hay que pelear. Colon es la gloria de mi carpa amaneciendo frente al río y es la chica de san José nacida en floresta que en el restoran me trató tan bien, y la caminata hasta Liebig. Y don juan viniendo a mi memoria otra vez: no tengo que llegar a Liebig porque haya algo fundamental ahí para ver. El camino es lo que hay para ver, para transitar.

20 julio 2009

IV

15 de marzo 2009
Concepción del Uruguay
On the ruedas

Parada en la puerta del camping del sindicato me río de mi suerte y de cierta conducta obsesiva que ve la moneda en la baldosa pero no el poste frente a la nariz.
A las tres de la tarde llegué a la terminal de Concepción del Uruguay y tomé un auto hacia la costa. Había elegido el destino sólo por cierto sentido de pertenencia; sólo porque era la única ciudad en Entre Ríos que tenía camping del sindicato. Supuse, que aunque nunca contestaran mis llamadas telefónicas, iban a estar ahí cuando llegara para recibirme con espíritu gremialista.
El camping es un pequeño terreno en donde no hay más que algunos árboles y una casucha construida a medias y muy deteriorada. Escucho voces de niños gritando en el interior y me acerco. Una señora con un mate en la mano me cuenta que no hay nadie del sindicato, que ellos son parientes del encargado y que no saben si él va a llegar y agrega: -¿Andas sola? ¿Y te vas a quedar acá? Acá ni siquiera hay electricidad.-

Camino por la costa buscando otro lugar donde pasar la noche. La temporada terminó hace un mes y ahora todo tiene esa aura de salón al terminar la fiesta, con las luces prendidas, la gracia derramada y nadie que limpie. En el último parador me acerco a una pareja grande y, con la intención de sacarles conversación, pregunto cosas que ya sé: ¿y el encargado de este camping va a venir? ¿y la proveeduría o algún sitio donde comprar comida? ¿De noche quedará alguna carpa? ¿Es seguro acá?
Diez minutos después estoy subida a un jeep verde militar de enormes ruedas, sentada al lado de un perrito que no deja de saltar sobre mí. Ellos me cuentan que de jóvenes habían andado de mochileros por muchos lugares, que vivieron luego un tiempo en Bs As y que jamás volverían. Frenan en la terminal, sonríen y me desean suerte. Me han recomendado que me vaya, sin dudarlo un segundo más, hacia la ciudad de Colón.
A las cinco de la tarde dejé la terminal de Concepción del Uruguay.



14 junio 2009

III

14 de marzo 2009
14:30 hs
Rosario del Tala
A orillas del Gualeguay y al lado de la colonia de loros.

Me equivoqué en mi nota anterior. Ese pájaro no es en absoluto el más bullicioso. La colonia de loros desluce a la calle corrientes. Ahora entiendo lo que es un cotorrerio. Este será sin lugar a dudas el sonido con el que voy a recordar a Rosario del Tala.






Al llegar al camping encuentro todo cerrado. Me preocupa más que nada que no haya gente acampando. Después de esperar, escribir un rato, dar una vuelta y consultar con gente que va pasando, me decido a armar la carpa. Me cuesta mucho elegir el lugar. Casi coloco mi carpa junto a la colonia de loros. ¡que suerte que no lo hice!
Mientras estoy terminando de armar la carpa, escucho a los perros ladrar con algarabía y presumo que llegaron los encargados de la cantina y el camping.

La doña de la proveeduría es una señora viejita y arrugada. Le digo que me preocupa que no haya nadie en el camping, me dice que encima ellos se van de noche, pienso que eso no me gusta nada pero no se lo digo, me dice que igual el destacamento está en la entrada y patrullan todo el tiempo y que hoy su marido vio víboras en el río, ¿¿¿HAY VÍBORAS??? Ella piensa que soy una estúpida pero sólo dice no armes la carpa donde el pasto esté alto, ¿ahí está bien donde la armé? Me parece que está lejos, mejor desarmala y traela más acá.


Escribir y viajar no se conectan. El calor me lleva hacia el río.


Atracción
Cierro el cuaderno y me voy hacia la playita. Una silla que le pido al muchacho que atiende la proveduría y el libro de juanele que compré especialmente para la ocasión. Familias, señora con señor, papá con los chicos, charlan, nadan o pescan. La única que toma sol sin compañia es la doña de la proveeduría. Ahí sentada, en bikini, con la piel tan dorada como una cerveza negra me confunde los cálculos etarios que le había asignado. Su cara arrugadita ahora tiene la insignia de tardes enteritas de pleno río.
Anzuelos giran alrededor de mi cabeza, entre las letras de la introducción al libro ¿por qué las introducciones están llenas de filos y dicen ser absolutamente necesarias? Me cambio de lugar y vuelvo a intentarlo.

Pero no voy a venir hasta acá para no probarlo. Mi pie entrando al agua se hunde en un fondo de barro pegajoso. Dos o tres pasos y no lo resisto más. Me alargo en metros de brazadas amarronadas. Cuando quiero detenerme ya no hago pie y la corriente hace cómo que me lleva. De inmediato nado a contra marcha hasta llegar a la costa con bastante esfuerzo. Todo esto en menos de dos minutos. Vuelvo a sentarme en la silla avergonzada.
La gente empieza a irse.
Ahora sólo me queda el sabor del río y el miedo.


Más tarde llega una familia doble con dos carpas. Desarmo y vuelvo a armar la carpa cerca de ellos. Me baño y organizo una comida con dos latas, algo de pan y una cerveza. Antes de acostarme veo aparecer intermitentemente al río bajo los flashes de una repentina tormenta. De madrugada escucho como el ronroneo de la lluvia sobre la carpa hamaca mis sueños.



UBI SUNT MIS TIAS LAS VIBORAS

sólo por saber
.............a dónde van las víboras
...................................................en el río

.............a dónde va la corriente
..............de dónde viene el miedo

cuándo se van los pescadores
y por qué revolean las líneas
...................................................cerca mío

..........................................y si vienen los perros y me dicen
..................................................que esta no es la tarde
...........................................................donde juanele
......................................................regresó de un sueño
.......................................................de luces y sombras
.................................................que se consumen en el ojo
..................................................................de
.............................................................las víboras

.............................................................las víboras
...................................................jugando a las escondidas
..............................................en los surcos revoltosos del río
....................................................enredando las líneas
..............................................................en el río
..................................................donde juanele dejó la vida
............................................................y el miedo

y vinieron las bikinis y los bronceadores
y llegó aquella familia con sus dos carpas
para que yo pueda ser más feliz
mi primera noche
bajo el rumiar de la lluvia
donde juanele no escribió el río
que no voy a leer
por no entender los prolegómenos

............................................porque soy de tierra firme
............................................soy de un barro pedregoso
..............................................temeroso de desarmarse
......................................y enredarse en la maraña de víboras
...............................................las víboras fantasmas
.........................................amarradas a corrientes eternas
.........................................trasladándose desde juanele

hasta la imaginación
de la señora de la proveeduría
que me recomienda no hacer
mi carpa donde el pasto es alto
una señora eterna
y ancestral como el miedo
una señora de barro
resbaladizo y pedregoso como tía abuela
......................................................(dónde estas pocha?
................................................................A donde fuiste
.............................................................Con tus ruleros?
...........................................................Cómo las víboras
.....................................se metieron en tu pelo y te aman?
..................................................................Te aman)

No me cuentes
todavía
qué pasa después del miedo.

09 junio 2009

Presentación y Lectura

Presentación de Ego Fusión
primer libro de Adelina Cammarano
*
*
Invitados:
Javier Forni
Mariana G. de Langarica
Nora Fiñuken
Walter Godoy
Ariel Tur.
*
Sábado 13 de junio, 18 hs (puntual)
Librería El Gualeguay
Pacheco 2251, Villa Urquiza
Capital Federal
*
Los esperamos

22 mayo 2009

II

14 de marzo 2009
9 hs
Rosario del Tala. ER
Sombra

Acabo de llegar al camping. No hay nadie. Nadie. Llegué de forma inoportuna. Interrumpí a una pareja de perros que copulaban y que por un buen rato, luego de verme quedaron enganchados, parados culo con culo, arrastrándose el uno al otro por mirarme. Ahora descansan junto a otro macho y otra hembra.
Hay muchos pájaros. El más bullicioso hace un sonido repetitivo como la música electrónica más cuadrada y luego remata con un alargado chillido parecido a la sierra de un carpintero.
Ahora a recordar.

Mi paso por Basavilbaso fue breve. Creí que al llegar ya sería de día, pero son las 6 y 10 y todavía no amaneció. Me quedo parada en la estación sin saber qué hacer y un guarda me pregunta si espero a alguien. Como le digo que no y que quiero ir a la terminal de colectivos para ir hacia Rosario del Tala me explica: dos cuadras por esta callecita, hasta llegar al paso nivel, cruzas y enseguida la encontrás. Y llama a otro ferroviario que me vuelve a dar las mismas indicaciones y me voy, forcejeando con una mochila imposible.
Camino dos cuadras muy oscuras y llego a la terminal. En un auto estacionado a un lado dos chicas y varios pibes escuchan música y hablan a los gritos. Compran coca cola y sirven dos vasos grandes de fernet con hielo. Pienso en lo rico de un trago fresco de fernet. Pero estoy tan cansada que cambiaría el mejor de los alcoholes por una cama y algunas horas de sueño tranquilo. Me duele todo el cuerpo y me siento en la punta de un banco donde una chica muy joven con una nena y un hombre también esperan al colectivo. Ella habla de la gente del auto y dice “si vuelven a gritar les doy un bollo”, “no sabe lo que le metieron en la boca, es re puto”, “esa estúpida no es de entre ríos, habla con otro acento”. El hombre casi no contesta. En un sonambulismo de casi sueño casi despierto veo pasar vasos gigantes de exquisito fernet donde hielitos crepitan y llaman al silencio a las casi niñas casi madres zamarreando a sus crios con alfajores de madrugada. Llega el colectivo y deja la ciudad. Desde la ventana veo que el gran capitán todavía está en la estación.
De Basavilbaso sólo voy a recordar a la gente y una noche sola con mi sombra oscura.

07 mayo 2009

I

13 de marzo 2009
22:15 hs
F. Lacroze
El gran capitán




El gran capitán inició el viaje a la hora señalada. (La primera oración siempre es la más difícil). Era el obstáculo número uno que podía surgir. Pero se está comportando como un señor de pipa y sombrero. En cambio, jamás hubiese pensado que podía olvidarme el mate y la bombilla. Ahora voy a tener que arreglarme con un equipo plástico que compré en un kiosco.
Al llegar pregunté a un muchacho de la empresa donde despachaba mi bolso y él, sonrisa que me plantó de ingenua mediante, me contestó que podía llevarlo conmigo y ponerlo en el portaequipajes que está sobre los asientos.
Acá cada uno cuida de lo que puede. Los chicos gritan antes de dormirse en los brazos dormidos de sus madres y el viejo de bigotes de atrás viaja con una madre más antigua que el tren. Y no duermen en toda la noche.
Hace unos días comentándole a “Lumi” los insomnios que sobre el viaje tenía, él me dijo: “el miedo también es parte del viaje”. Y fue un comentario lúcido. El miedo será uno de mis compañeros de aventura.

22:55
Pasa un guarda pidiendo que cerremos las ventanas porque podrían tirarnos piedras.

La señora del capitán

Una hora después de haber salido de Lacroze, el tren se detiene por primera vez y allí sube la señora de pelo corto que se sentará conmigo durante el resto del viaje. Algunas personas que presumo sus parientes suben a despedirla y se van antes de que arranque el tren. La señora viaja sola al igual que yo y no tiene cara de muchos amigos. Creí que podía ser oportuno iniciar una conversación preguntándole cómo se llamaba la estación donde se había subido pero el miedo a que fuera una charlatana me detuvo. Estaba cansada. Aunque mis vacaciones empezaran en ese tren, lo cierto es que horas antes había estado trabajando y tenía derecho a no tener ganas, a cerrar los ojos, aflojar las mandíbulas, perderme en esos pensamientos sin principio ni fin que en una de sus vueltas se entienden con la realidad de otra manera. Pero a cada rato volver a acomodarse, intentar una posición diferente, recordar las amígdalas hinchadas, la glándula izquierda (la vacuna contra la fiebre amarilla), las zapatillas muy apretadas. Aflojarse las zapatillas, definitivamente esa es una buena idea. Y en una de las vueltas me decidí:
-Disculpe, ¿El guarda anuncia la llegada a cada estación?-
-Si, luego de Zarate anuncia todas las estaciones.-
Luego nos volvimos hacia adentro, hacia una locomotora demente transitando los rituales conocidos.
El tren se detuvo en un lugar llamado Fátima. Ahí volví a levantar la ventana. Ya no había peligro de piedras.
El paso por el primer puente luego de Zarate me despabiló del pensamiento. Mientras el gran capitán iba subiendo se veían las luces de una gran ciudad, el agua y el ruido del tren y la noche toda arriba, y esta euforia de ojos relamiendo las ventanillas.
Luego la señora se despierta, me pregunta si ya habíamos pasado el puente, se lamenta, sonríe y sigue durmiendo. Mi compañera silenciosa y discreta ya me caía bien.
Creo que luego dormí un poco (sin las zapatillas) hasta que el guarda anunció Parera. Me preparé unos mates (en vaso y bombilla de plástico) y comencé a preocuparme. Traje una mochila mucho más pesada de lo que hubiese debido. Tenía que bajarla con el tren en movimiento y a oscuras antes de llegar a Basavilbaso. Cuando la señora se despierta le ofrezco (pido) que nos cambiemos de lugar para no molestarla cuando deba bajar el bolso.
Supongo que nos estamos acercando, por lo tanto me levanto e intento bajarlo, pero forcejeo sin resultados. Ella me dice que le pida ayuda a uno de los muchachos del ferrocarril y me vuelvo a sentar. Pasa un buen rato y no aparece ninguno y ella se ofrece a ayudarme pero le digo que no, que espero un momento más. Entonces tenemos una pequeña charla con palabras cortas. Le cuento un poquito de mi viaje y se sorprende de que esté viajando sola. Ella va hasta Posadas. No llegará hasta la madrugada del domingo. Dice que no le gusta viajar y sonríe.
Cuando pasa el guarda anunciando la pronta llegada a Basavilbaso le pido que me ayude a bajar la mochila. Me despido de la señora y ella me desea suerte.

27 febrero 2009

Tiempo de vagar

Este blog suspende actividades hasta mediados de abril. A mi regreso, noticias del gran capitan hasta perder la sensación.

Epílogo

I

El viaje hacia el fondo de la botella
Es un juego de luces y sombras
El recuerdo de su cuerpo
Es un hueco en donde se abren soles
Llagas desplegadas sinceramente
Hacia la noche

En los bordes todos los estallidos
Huecos de luz, pozos ciegos
Van a llevarlo
Veo arremolinarse un envión de sombras

Esperaremos
Como ciegos en el cordón
Que nos crucen
A la esquina de la amnesia

Todo se hará más liviano
Por su propio peso
Volverá la armonía
Sobre el regazo del transito

Ahora tiran de mí las raíces incrustadas
Dejo que el destripador del tiempo
Haga su trabajo
Mientras tanto deshago mi nombre
En un manojo de charco
Aceite florido germinará en balsas a la deriva
Llevemos los restos hacia el desagüe
Permanezcamos en el ojo oculto de la calle
Mutando del lado del hongo
Que renace en la melodía subterránea.



II Spam
(LOS VERSOS EN MAYUSCULAS
PERTENECEN A VICENTE HUIDOBRO)

Después de fumar todo
Tiene el mismo sabor
Las botas los globos
Los almohadones el
Frío
Y toda la cerveza
Caen las fichas
Y no son respuestas
Son problemas
Caen las fichas
Como el chico que
Bailaba y ahora
Duerme en la hamaca
Paraguaya.
Y todo es tan claro y
Tan vacío como las
Líneas horizontales
Y verticales de la casa
No vamos a amueblar
Estamos de paso
Y las paredes están peladas
Sólo algunas manchas
Perciben la presencia

Si querés que escriba
Sobre vos dejame
Que te llene de agujeros
La remera

TU SERAS
TODA LA LUZ
ESTA NOCHE

Nos besamos
En la oscuridad
Del pensamiento
La música pedía desmembrarte el cuerpo
Sacudías los golpes de sonido
Seguían de largo

Estoy estrellada a un costado
De tu hartazgo

Imaginé que todos desaparecían
Y sólo quedabas vos
Bailando
Y yo filmándote
Por toda la eternidad.

Y luego me fui a
Buscar más cerveza
Vos no podes sacarme la sed


ERAS TU EL ANGEL CAIDO
LA CAIDA ETERNA SOBRE LA MUERTE
LA CAIDA SIN FIN DE MUERTE EN MUERTE

Tiro la cartera en la mesa
Me saco toda la ropa
Y me acuesto
Me olvido de quitarme
El maquillaje
Mañana el moho de cigarro
En los dientes
No me permitirá recordar
la sombra de tus labios
sobre los míos
Es un pacto entre la vida y la
Muerte
Solo recordar lo necesario.

01 febrero 2009

Ahora si empezó el año. Vamos con el 2009!

http://www.ciudad.com.ar/2009/02/01/musica/01850650.html



Según wikipedia sid vicius dijo: "en el 2008 volveremos y seremos felices, seremos mutantes del cosmos." Como acá siempre llegamos tarde a las profecias, reversionamos: En el 2009 volveremos y seremos felices, seremos mutantes del cosmos.

16 enero 2009

WAYN III (última parte)

Algunas plantas crecen en los cables,
o en un alambre que une un poste y otro.
Algunas personas también.

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Polillas:
El ruido de sus alas
Pareció en un primer momento
Un simulacro de ratas de incógnito
Porque en el insomnio todos los ruidos
Se parecen a tu peor miedo
Y las polillas chocando la pared
Es una rata buscando qué comer
Y recuerda las cosas que
Quedaron sin hacer

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Runaway
¿Dónde estas ahora?
Entre unas curvas interminables
Entre túneles llenos de carteles
Que te sugieren el éxito el éxito
El éxito
Y siempre es accesible con dinero
Y seguro que limpiarse mal el culo
También trae cáncer

La sensación yugular comienza
Como un bocinazo en el centro del ojo
Donde imágenes vidriosas dibujan
Formas blancas
Agujeros llenos de transito

Cánceres del ánimo

En el Runaway no hay plan
Todo presente es la huida
Todo futuro es imposible

Amigo, no te mueras de cáncer este verano
Hagamos la realidad
Porque creer y crear se conjugan juntos

Por avenida de mayo hacia el congreso
Caminan los estibadores portuarios
Y un sol publicitario levanta
Hondonadas salitrosas de transpiración
Desde todos los cráneos

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Cuando no sabe a donde ir
Porque nunca aprendió a medir el viento
Ni a ubicar estrellas
Ni sabe decir que no
A la copa que sigue a la última
Y va con pasos de caparazón de caracol
Girando hasta romperse
En una simple vuelta a la esquina
Por aquella tonta baldosa floja
Y se pregunta
Dónde estas
Ahora
Porque siempre se habla
Como a un otro
(Que debe pedir respuestas de si mismo a los demás)

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Mutantes del cosmos
Como todas las cosas que han quedado girando
Perdidas
O buscando una órbita
(lejos de la señalada
en letras luminosas)
Murciélagos del cosmos
Aterrizando aturdidos
Deambulando por acá
Sin saber qué hacer
qué hacer
qué hacer con este implante
de manos

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Hoy
Desacuerdos de mi mente con mi mente
Déficits varios
Cuentas entre deseos y días de lluvia
Lo único verdadero y real es el clima
Lo único que sucede
Y esta sensación yugular