19 octubre 2010

Fragmento de Ryu Murakami, Azul casi transparente

“Saqué de mi bolsillo un fragmento de cristal del tamaño aproximado de una uña y limpié la sangre que tenía pegada. Su suave concavidad reflejó el cielo luminoso que empezaba a surgir de la noche. Bajo el cielo se extendía el hospital y, más lejos aún, la calle bordeada de árboles y la ciudad.
El recorte de esta sombra de ciudad reflejada tomaba una curva de una extrema delicadeza- el mismo género de curva que la del relámpago que me había iluminado, aquella noche que casi mato a Lilly en la pista del reactor, bajo la lluvia- aquel delgado arabesco blanco que me había quemado los ojos por un instante, el tiempo de un relámpago. Como el neblinoso y oleado horizonte del mar, como el blanco brazo de una mujer- la dulzura misma.
Todo el tiempo, desde una eternidad, había estado rodeado por esta curva blanquecina. El fragmento de cristal, aun manchado de sangre en el borde, bañado por el aire del amanecer, era casi transparente.
Era de un azul inerme, casi transparente, sí. Me levanté, y mientras me dirigía a mi apartamento pensé: “quiero ser como este cristal, para reflejar a mi vez la dulzura de esta curva blanca. Quiero mostrar a los otros su apacible esplendor, reflejado en mí.”
El borde del cielo se empañó de luz, y el fragmento de cristal perdió de pronto su limpidez. A los primeros cantos de los pájaros, nada se reflejaba en el cristal, absolutamente nada.”

3 comentarios:

Natalia Petronacci dijo...

Excelente!

Cómo estás Nora?

Un besito

Setzel dijo...

Copado!!!!

Nora Fiñuken dijo...

que suerte que les haya gustado! este fragmento no da una idea muy cercana a lo que es el resto de la novela (sumamente trash, digo más, creo que es más porno que bukowsky o miller y más drogona que kerouac) pero este fragmento es absolutamente coherente con el resto de la novela. En fin, se la recomiendo a todo aquel que no tenga prejuicios en leer todo lo que caiga en sus manos. A mi me gustó mucho,
saludos, Nora