Días extraños nos han invadido
Días extraños nos están acechando
Van a destruir
Nuestras efímeras alegrías
Deberíamos seguir el juego
O encontrar un nuevo espacio
Ojos extraños llenan extrañas habitaciones
Aullidos señalarán su cansado final
La anfitriona está sonriendo
Sus huéspedes se duermen de los pecados
Me oís hablar de pecado
Y vos sabes qué es esto
Días extraños nos han invadido
Y a través de sus horas extrañas
Nos quedamos solos
Cuerpos confundidos
Memorias maltratadas
Así corremos desde el día
Hacia una extraña noche de piedra
2 comentarios:
Mierda que son días extraños. Sin ir más lejos hoy una mujer me apuró y arrugué... Sí, sin excusas, nos bajamos juntos del bondi y como el sol partía el mundo me adelanté a la boca de un local, ella vino atrás haciendo de cuenta que necesitaba repararse del inexistente viento para encender su cigarrillo.
Lo encendió, levanto la vista y me miró esperando que la invite.
Yo miré paro otro lado y me fuí.
Se quedó helada, y pienso que debe haber pensado: -cagón-
Y yo a los 100 metros me dí cuenta, que fui un boludo.
¡Boludoooo!
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