03 enero 2011

Balances

Al finalizar cada año suelo realizar un balance general, creo, como casi cualquier persona. Yo nunca supe diferenciar muy bien vida y escritura, por lo tanto segun qué y cuanto escribí da la cuenta final de mi año. Este año, por alguna elusiva cuestión, me volqué casi exclusivamente a la escritura privada (mi diario intimo). En los útimos días releyendo el diario, decidí realizar una síntesis publicable para el blog (casi publicable).
El hecho de haber regresado al pueblo donde nací despues de diez años de vivir en la ciudad me reenvió a viejas-nuevas sensaciones que atraviesan la escritura de lado a lado. Es por eso que decidí dividir la publicación en cuatro bloques: las cuatro estaciones. Pero habrá que decir que cada estación tiene también su propia obsesión, su subtítulo.

Algunas aclaraciones:
Ya que no voy a colocar fechas, las diferentes entradas iran precedidas por un asterisco.
Los diferentes fragmentos de una misma entrada iran separados por un guión.
En general sólo coloco fragmentos de cada entrada, por lo tanto no voy a poner marcas que identifiquen si el fragmento iba precedido o seguido de algo, a excepción de las frases imcompletas que iran precedidas o seguidas de tres puntos suspensivos [...]
Entiendo que cada post va a resultar un tanto excesivamente largo para el formato blog, pero la división en estaciones es la mejor que encontré.  

Rapidamente, antes de arrepentirme, empecemos por el verano de un año que ya se fué.

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