10 enero 2011

Cuatro estaciones: Otoño (Escribir en el aire)



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Las últimas moscas quietas en el techo
No las juzgo
La intención de sobrevivir
Más allá del pronóstico del tiempo
Y las probabilidades de éxito

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[…] Pero el espacio (ahora hablando del físico) también es un problema. Se escribe en un lugar. Es imposible escribir caminando, y casi imposible escribir parado. Hay que sentarse y no se puede escribir en el aire. Se necesita un papel y una lapicera. Se necesita al menos la mano izquierda desocupada. El silencio no es absolutamente necesario, pero no se puede escribir hablando con otra persona. No se puede escribir mientras se estudia ni mientras se cortan papeles o se abrochan libros.
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[…] Entonces creí que sería mejor el nombre “Libro de asiento”. “Asiento” por la necesidad de sentarse para escribir, la escritura convirtiéndose ella misma en el asiento, la posibilidad y la concreción del asiento y porque además, ese libro sería el lugar donde asentar las cosas que van pasando.

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Vengo a no saber qué escribir. Abertura de la boca de un demonio sin nada adentro. Vengo a no poder.
Mi capacidad resulta de la experiencia de la nada.
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Algo así como “arrojémonos al vacío de un cuaderno y ahoguémonos de puro aire”
Hoy voy a escribir sobre una persona que no puede. Empezaría diciendo: “Ella no puede”. Pero ese relato no podría seguir. Simplemente debería cambiar de tema. Sería algo así como: “Ella no puede. Hablando de otra cosa, ayer el tren se quedó al salir de Zapiola. Un hombre gritón organizó la vuelta a casa. Para ser más precisa, el tipo no gritaba, simplemente hablaba fuerte y mucho. Era el último tren y sólo quedaban 12 personas en los tres vagones.”
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Hoy el enemigo acecha. Parece un frío desplomado sobre el cuerpo. Un frío de agujeros. Contame recuerdos de la infancia. Decime cómo queríamos pescar sapitos con cola en la zanja.
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Las cosas no ocurren en el más allá, en un extra mundo de mis ideas. Ocurren en un lugar acá de mi cabeza. Como la casa, los muebles, el cenicero, el tren y los amigos. Ocurren.

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El otoño es silencioso. Solo de vez en cuando, una puerta casi cerrada rebota contra el marco. La noche es larga, aguda, cerrada. Inclinada sobre sí misma, cree estar mirándose el ombligo. El viento hasta parece una persona que vagabundea alrededor de la casa. O acecha. O se siente en peligro y de repente se abalanza sobre la huida. O nada de esto, sólo hay un silencio de mil demonios y un poco de viento para contrarrestar el peso de un cielo muy oscuro.

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Hace mucho que no escribo. Voy a empezar nuevamente. Quiero hablar del señor Do, del vendedor del tren y de Fabián. Pero ¡qué calamidad! También quería escribir sobre X, XX, XXX y XL. Y hace una semana quería escribir sobre el patio y mientras me bañaba me dije que iba a escribir sobre las cartas. Debería quedarme esta noche en vela. Quizá en unas cinco o seis horas de escritura continuada pueda avanzar con algo. Pero no lo voy a hacer.
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No. No va a ser hoy el día en el que me convierta en una persona mejor de lo que soy. Pero ¡que contenta que estoy! Puedo imaginarme a una bandada de duendes holgazanes bailando y cantando en el medio de mi habitación. Saltamos un rato, nos empujamos. De repente uno se tropieza y cae sobre otro, rodando ambos al piso, mientras todos reímos emborrachados de alegría. Nadie se aflige por no haber trabajado duro cuando se está así de contento.

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Del diario de hoy: una chica de 22 años, quien era la candidata favorita a llevarse el premio Miss Colombia, fue atacada con ácido por un sujeto que no fue reconocido.
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Recuerdo una historia que me contaron: El padre del escritor Barón Biza le arrojó ácido en la cara a su flamante exesposa.
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Sigo leyendo otra nota: Adolescentes de una ciudad de Salta se suicidan en masa- No en masa todos juntos, quiero decir, en cadena.

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Soñé que algun extraterrestre, fantasma o fuerza extraña me sugería la palabra “sensibilidad”
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Al parecer los suicidios están relacionados con el choking game, práctica que se realiza para obtener placer de la alucinación que produce la falta de oxigeno.
Hace un tiempo había estado leyendo acerca de los juegos sexuales que incluyen la asfixia. La película “El imperio de los sentidos”, no pude verla.
De todas maneras, aunque ciertas notas vinculan los suicidios con la práctica del choking game, nada dicen acerca de su vínculo con la sexualidad.
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En uno de los suicidios hay una nota. El chico escribió: “Quiero una familia”. Al parecer sólo en este caso hay una nota de despedida. Soy consciente, por supuesto, que toda la información está bajo sospecha. Eso, en definitiva, me parece tan interesante como el caso en sí.
Por otra parte, los medios informan que la mayoría de los chicos se suicidaron usando algo azul (una corbata azul, un cinto azul, una bufanda azul) por lo que se habla también de un suicidio ritual. También se barajó la hipótesis de un instigador, la influencia de una secta satánica y la aparición de una lista de futuros suicidas.
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Creo que lo único verdadero son las afirmaciones de profesionales involucrados en la causa (policía, doctores, fiscales) que niegan todo vínculo de los suicidios con todo lo anteriormente dicho. Incluso, niegan los suicidios!
Muchos medios lo nombran Shoking Game en lugar de Choking Game. Lo cual refleja toda la realidad. Nadie se detiene a profundizar un poco porque eso requiere tiempo y porque es complejo. Mejor vincularlo con las sectas satánicas.

Por más que pienso no logro armar una historia con esto. ¿Cuál es el chispazo que debería llegarme?

Cuando era adolescente, un día sentada en mi habitación me dije: “Voy a suicidarme comiendo esos granos de maíz rosas”
No es que realmente pensara hacerlo ni que tuviera una razón. Sólo estaba realizando una actuación. El tono y el tema de la actuación estaban absolutamente determinados por el espíritu trágico de la adolescencia. Naturalmente, como no tenía ninguna intención de realizarlo, la escena terminó luego de decir la frase. Por otra parte, la idea de que pudiera suicidarme comiendo granos de maíz rosas me dio muchísima risa. No tenía ninguna prueba fehaciente de que los granos (teñidos con algún tipo de fertilizante o insecticida) fueran tóxicos y la ridiculez de la escena terminó por devorarse al espíritu trágico.

 
Este post está relacionado con los anteriores de enero: "Cuatro estaciones: Verano" y "Balances"

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